Llega un momento en nuestro andar como paisajistas que decidimos tomar el toro por las astas. O, dicho de otro modo, llega el momento en que decidimos tomarnos en serio esto que queremos construir.
Esto que llamamos profesión de paisajista.
Nos gusta decir que existen dos tipos de paisajistas: el que se toma esta actividad como un pasatiempo y el que lo toma como un verdadero estilo de vida, y decide vivir de esto.
Las diferencias entre un perfil y el otro son muchas.
Una de las más diferencias más comunes es la de no prestar suficiente atención a las herramientas que realmente le harán ser más conocido o conocida en el rubro y, en definitiva, tener más clientes (y diferenciarse de la competencia, que es cada vez más densa).
Muchos seguimos con el viejo paradigma del “boca en boca”. No es que no nos sirvan las recomendaciones. Pero el paisajismo no es lo mismo que una panadería, a la que irán mi tía, abuelo, hermana, padre, amigo.
El paisajismo es un servicio más o menos selecto según a lo que cada profesional decida apuntar. Pero estaremos de acuerdo que no tiene el mismo grado de necesidad que una panadería.
Por lo tanto, si ni siquiera las panaderías pueden vivir solo del “boca en boca”, ¿qué nos queda a los paisajistas?
Nos queda diferenciarnos, estar presentes y sacar a relucir lo mejor de nosotros en un océano cada vez más lleno de cazadores.
Dentro del vasto mar del mundo digital, hay un fragmento de la cadena que no podemos obviar: el sitio web.
En este artículo no nos vamos a explayar en la importancia que esto tiene ni en la cantidad de puntos que conecta. Pero sí podemos ponernos de acuerdo con que el fin último de un buen sitio web, es que nos haga VENDER MÁS. Así de simpe.
Así es que, sin más, hemos decidido hacer hincapié en 7 bloques en los que debemos enfocarnos a la hora de diseñar/contratar/editar nuestro propio sitio web, para poder convertir una simple página web en nuestra bandera.
Títulos que hablen de nuestra promesa, y no de nuestras proezas.
Admitámoslo: cuando tenemos que escribir un título en el que queremos “parecer que somos buenos”, vamos por defecto a frases tan huecas e irrelevantes como:
- Somos líderes en el mercado. Contáctenos al….
- Ofrecemos soluciones únicas.
- Somos una empresa con 30 años de experiencia en el rubro.
- Construimos el jardín de tus sueños.
Hoy, el usuario es cada vez más “inteligente” y ya no se deja cautivar fácilmente por ese tipo de promesas.
La razón es que ya lo dice TODO el mundo. Así que, ¿por qué debería creerte a ti si me estás diciendo lo mismo?
Debemos entender que a NADIE le importa cuánta experiencia tengamos si no nos conoce. Tampoco puede el usuario comprobar que seas líder en el mercado. Tus soluciones con toda seguridad no serán únicas. Y difícilmente podrás hacer el jardín de los sueños.
Lo que debemos hacer, es separarnos de la masa escogiendo títulos que hablen de promesas, de cómo podemos ayudar a quien desee contratar nuestro servicio.
Ponte en el lugar de tu cliente: ¿cuál es su principal temor u objeción en relación con tu servicio?
- “Te ayudamos a convertir tu jardín en un espacio que te invite a disfrutarlo y a admirarlo los 365 días del año”
- “Crear el jardín que tienes en mente no tiene que ser complicado. Vamos juntos de la mano a resolverlo”
Seguro puedes escribir ejemplos mucho mejores. Pero presta atención a que el enfoque debe estar en la necesidad/ambición/temor de tu cliente, y no en lo bueno que eres.
Imágenes que proyecten lo que podemos hacer y nuestro estilo.
Construir tu porfolio de trabajos plasmado en fotografías debe ser un asunto en el que enfocarse desde el inicio de tu actividad como paisajista.
Claro. Si estás comenzando no tendrás nada para mostrar. ¿O sí?
Vamos a ser francos.
Las primeras imágenes que montó nuestro programador fue una mezcla de fotos propias con otras de Pinterest.
No hay de qué avergonzarse. Se trata de apalancarse de lo que tenemos a mano.
Presta atención a que las imágenes sean realistas y que tu seas capaz de generar algo semejante. De que tienes las capacidades de lograr esos resultados. No debes engañar.
Si lo de Pinterest te parece muy alocado, prueba combinar o suplantar esas imágenes con tus propias fotos.
Ve a una plaza, a un parque, al jardín de un vecino que te guste mucho o al de un familiar. También a un vivero. Toma fotos que se encuadren en un determinado punto concreto, sin que se vea el jardín completo.
Captura solo las tomas que se alinean con tu estilo, con lo que quieras proyectar. Que dejen en claro el tipo de paisajismo que quieres y PUEDES hacer.
Una vez que empieces a tener tus trabajos, toma en cuenta las mismas consideraciones: enfócate en tomas concretas, bien encuadradas, que te beneficien, de las que te enorgullezcas.
Por último, otra alternativa si ya sabes dibujar o manejar un programa informático de diseño, es crear proyectos atractivos, planos, montajes. No importa que no tengan dueño. Solo quieres mostrar tu potencial.
Contacto a la vista, simple y directo
La mayoría de los usuarios que llegan a nuestro sitio web por un buscador probablemente no nos conozcan, salvo que seamos populares en el rubro.
Es decir, no nos buscarán por nuestro nombre. Sino que nos buscarán porque necesitan resolver una necesidad concreta.
Por lo tanto, simplemente apareceremos como una opción a considerar dentro de todas las demás posibilidades existentes en un buscador.
Es probable que este cliente potencial tenga más dudas que certezas al momento de estar buscando y visitando diferentes perfiles.
Después de todo, el paisajismo es un campo bastante incierto para la gran mayoría de las personas.
Debemos entender que, si no nos conocen pero les interesa nuestra propuesta tras escanear nuestro sitio web, necesiten terminar de convencerse haciéndonos algunas preguntas.
El mail tiene mala reputación, más en los tiempos que corren donde las personas están siempre apuradas y quieren las cosas rápido.
Por eso, si bien el mail es importante, cuando queremos capturar usuarios furtivos que se han interesado en nosotros, debemos ponérsela fácil para contactarnos.
Y nada mejor hoy por hoy que WhatsApp (te recomiendo que no des la opción de llamado telefónico).
Si tu sitio web lo hará un programador o tu mismo, colocar un botón de contacto en tu web tras el cual se inicia directamente una conversación en esa aplicación, puede ser todo lo que necesitas.
Importante: no dejes en visto ni demores más de 1 día en responder a la consulta. Cuanto antes lo hagas, mejor.
Prueba social: nadie quiere ser el primero.
Si eres un ser humano, no podrás negar la desconfianza que te genera un negocio que, al buscarlo en Google, no tenga ninguna referencia de “estrellitas” o bien tenga una calificación baja. Esto es muy común en los negocios que está geolocalizados e inscriptos en Google.
Lo mismo ocurre cuando compras un producto en Mercado Libre o Amazon.
No puedes dejar de verte influenciado por las estrellitas.
Y esto se repite en todos los rubros donde puedas tener dudas antes de invertir tu tiempo o tu dinero, porque no quieres desperdiciar uno o los dos.
El sistema de estrellas no necesariamente es lo que necesitas para estar en Google.
Lo que te recomendamos, es que te enfoques en conseguir buenas referencias escritas acerca de tu servicio.
No importa quiénes sean tus primeros clientes. Enfócate en conseguir esas referencias. Sea una captura de mensaje por WhatsApp, un comentario en una red social, o un texto que tu cliente te haya escrito con motivo de dejar una reseña.
Si detectas que tu cliente ha quedado especialmente conforme con tu servicio, no pierdas tiempo y pídele una reseña.
Esta información es la que incluirás en tu sitio web.
No olvides consultarle en qué podrías ser aún mejor. Esa información es extremadamente valiosa.
¿Quién eres?
Está comprobado que la mayoría de los usuarios que llegan a un sitio web desconocido en busca de un servicio, necesitan ver un rostro y una historia.
Como paisajista, eres tú quien está detrás de todo el montaje del sitio web. Eres tú el corazón de la fiesta.
No subestimes la importancia de incluir un apartado de “Quién soy”/”Sobre mi”/”Sobre nosotros”
A diferencia de lo que vimos en el título, aquí sí puedes darte más licencia en mostrar datos duros acerca de tu autoridad en el rubro.
Si aún no la tienes, no importa. Enfócate en describir tu historia. Por qué estás haciendo lo que haces, cómo puedes ayudar a tu cliente y de qué manera.
Siempre, siempre tienes algo bueno para contar.
Describe tu servicio, pero cuidado con este error fatal.
Por supuesto que debes describir con lujo de detalle tu forma de trabajar.
Te sorprendería la enorme cantidad de profesionales del rubro que no se han molestado en redactar cómo es su forma de trabajar, creyéndose reyes del olimpo y que las personas moverán cielo y tierra para averiguarlo como sea.
El 90% de los usuarios simplemente les dará fiaca e irán a ver otra opción. Así de simple.
Ahora, es importante que seas descriptivo, pero con el enfoque adecuado.
Supongamos que estás a punto de comprar un nuevo móvil y vas a ver las características del producto en su publicidad.
¿Con cuál de las dos descripciones te sientes más emocionado?
- Cámara trasera de 200 MP
- Captura los mejores momentos de tu día a día con la nitidez perfecta que merecen.
¿Ves la diferencia?
Las dos referencias hablan de la resolución de la cámara, pero la primera se enfoca en un dato meramente técnico y el otro se va directo a lo práctico, a lo que el usuario pretende lograr.
Al describir tu servicio aplica el mismo criterio.
Insistimos: habla de soluciones, produce emociones.
¿Incluir o no incluir el precio? El eterno dilema.
La verdad es que no hay una respuesta única a esta pregunta.
Nosotros hemos probado la mayoría de las posibilidades y los resultados son aproximadamente mejores al incluir el precio.
Pero hay formas y formas de hacerlo.
Si no tienes experiencia calculando costos por metro cuadrado de jardín porque aún no tienes pulido esos valores, podrías centrarte solo en dar una referencia por el costo de tus honorarios.
Prueba. Deja un tiempo publicado el precio de tus honorarios y luego quítalo.
Evalúa el tipo de consultas que recibes y las objeciones en uno y otro caso. También presta mucha atención al tipo de persona que te escribe, si realmente está resonando con lo que ofreces y quieres, o si son personas que nunca contratarían a un paisajista y no están entendiendo tu propuesta.
En la web están tus clientes potenciales, pero también hay muchos naufragados que no terminan de entender bien lo que quieren.
Y esto último es de hecho una válida reflexión de cierre a esta guía.
Tu sitio web es tu vidriera.
¿Qué te produce una vidriera cuando entras? ¿influye en tu decisión de compra, en tu percepción del precio de lo que podrían vender en su interior?
Una vidriera limpia, ordenada, bien categorizada, con temperatura agradable, precios en su lugar, buenas descripciones, sin nadie que venga a sofocarte implorándole que le compres, pero sí alguien atento y cordial para resolver todas tus dudas, seguro elevará por las nubes tu percepción hacia ese local o marca y hasta podría sugerirte que no encontrarás nada barato allí, así que pierdes tu tiempo allí si ese es tu caso.
Procura que tu sitio web hable bien de ti. Que quien aterrice te comprenda y vea el valor de lo que ofreces. Que lo perciba, que lo respire. Y que, si no se siente cómodo porque sabe que no podrá abordarlo, se vaya.