Nosotros paramos, las plantas no.
El jardín está más vivo que nunca, o al menos desde el desolador panorama de un verano que se va, y que será para el olvido.
¿Qué hacer con un jardín que está súper activo y nosotros con una cuarentena por pandemia que nos dejó metidos en casa, al menos a la mayoría de nosotros?
Bueno, la respuesta parece obvia. Si te gusta la jardinería (y espero que sí, si no te equivocaste de blog) y tenés tu jardín a mano, es tan simple como volcarse hacia él y llevar adelante las tareas que se requieran. Tanto aquellas que son propias de la estación como las que tenemos aplazadas.
Pero hay otro punto de vista en todo esto, y no tiene que ver con el bullicio de ir y venir. Este también es un momento para detenerse a contemplar. Entender el proceso de nuestro jardín y descubrir las pequeñas maravillas que están ocurriendo allí delante de nosotros.
Entonces, se nos ocurrió una cosa. Ya que tenemos más tiempo de lo habitual y que la calma nos conduzco a agudizar la mirada y ver lo que antes no se veía, dijimos…
¿Por qué no darle una vuelta de rosca al blog y comenzar a retratar y describir esos pequeños milagros que observamos a diario en nuestros jardines?
Sí. Estamos acostumbrados a llamarle milagros a cosas muy raras que no podemos explicar o que nos exceden. Pero… ¿qué hay de todas esas pequeñeces que están ocurriendo justo delante de nuestros ojos?
Te enumero solo algunas: una nueva flor que despliega todo su colorido, una abeja que está programada para ir en busca de esa flor por alimento, una araña que teje su tela en cuestión de horas desplegando su exquisito arte ante el ojo de cualquier visitante fortuito, las semillas que empiezan a emerger, rodeando a su madre y asegurando su descendencia programada.
Vamos a llamarle “diario de jardín”, y queremos ir compartiendo con ustedes nuestras victorias y aprendizajes (aprendimos a dejar de llamarle fracaso a todo aquello precedido por una enseñanza), nuestros descubrimientos… nuestra propia interpretación de esos pequeños milagros que ocurren en el jardín.
¿Y si empezamos ahora mismo?
El otoño está entre nosotros. El tiempo meteorológico no entiende de límites calendarizados. Todos sabemos que la nueva estación comenzó el 21 de marzo, pero en realidad la meteorología lo sabe desde antes. El frío viene planeando, y lo vemos acercarse a la distancia, pero a su ritmo.
Los días son templados y más cortos, aunque dependerá de cada lugar en nuestro extenso país.
Todo propicia para que las plantas empiecen a crecer nuevamente, a un ritmo no tan vertiginoso como el primaveral, pero sí lo suficiente como para impresionarnos con nuevas flores, matas que se agrandan y podas que pudieron ser pero ya es tarde (la tijera casi no se toca en esta época, aunque habrá excepciones como en toda rama biológica, claro).

La Salvia nemorosa llegó a mi jardín (quien les escribe en este momento, Ezequiel) dado que fui influenciado por los librillos de jardines ingleses que te vuelan la peluca con sus composiciones exquisitas. Y muchas veces aparece esta salvia.
El universo de las salvias es enorme, y su aporte en el jardín es increíble. Esta salvia en particular, destaca por sus largas y erectas inflorescencias. Los colores aparecen siempre en tintes entre rosado y púrpura, en un sinfín de variedades de las cuales muy pocas encontramos en el mercado local o bien no están bien identificadas.
Esta en concreto es la última de tres en tonos púrpuras que me queda. Un tono púrpura que no les puedo explicar. Las otras dos parecen haber perecido al exceso de agua, algo común cuando se nos va la mano en el riego otoñal y en plantas sensibles.
Por lo pronto, este ejemplar (tengo otro más desarrollado en tono fucsia), ya está preparado para pasar el invierno de la única forma que lo sabe hacer: con una mata de hojas casi a ras del suelo. Nada que le haga menos justicia a su belleza primavero-estival.

Otra grata incorporación a los canteros de prueba, fue el Teucrium hircanicum. Un descubrimiento que, a diferencia de la salvia, me encontró por accidente. Solo quedaban dos ejemplares y me la vendieron como “planta rara”. Un espectáculo. Esa misma tarde ya me había leído cuanto tenía a mano para comprenderla de pies a cabeza.
Creció y floreció bella en el cantero. También me enteré que no tiene mucho de rara. Este teucrio adora el sol y algo de sequía. Las flores crecen en grandes espigas, que son bicolores en un desgradé color lila. Se los dejo para la primavera.
Por lo pronto, la información dice que se propaga con mucha facilidad por semillas y cruzo los dedos porque la de la foto sea un nuevo teucrium. Los mantendré al tanto, además sobre un semillero donde casi compulsivamente sembré un montón (efecto cuarentena quizás).

Las escabiosas son un punto aparte. Tan adorables y tan abominables cuando esparcen sus semillas por doquier. No hay una que quede sin germinar.
Hay que tomárselo con calma. Pocas herbáceas nos regalan tantas flores y con tanta alegría. En este caso se trata de Scabiosa atropurpurea. Muchas veces considerada como anual, pero en mis canteros este es su segundo año y están impecables.
Pero cuidado. No es menor el nivel de invasión que tiene.

En los típicos ping pong de preguntas y respuestas en algún programa amarillista, siempre está la pregunta: “¿…un capricho?” Y sí… ¡las plantas!
A veces la emoción nos gana y nos traemos algún que otro espécimen de vaya a saber dónde y después veremos cómo se cuida.
Sí, puede pasar. No hay inmunidad.
En este caso se trata de Setaria palmifolia. Oriunda de nuestro norte húmedo, subtropical. Luego su hábitat se extiende por otros países de suramérica, pero siempre con la humedad como denominador común. Nada más alejado de Mendoza.
Todo parece indicar que tiene éxito en jardines de climas más templados por su buena tolerancia al frío, aunque en invierno pierde todas sus hojas ante una helada.
Tengo pensado arrimarle mulch de hojas antes de las heladas. Pero esa será otra historia.
Se las seguimos después, y esperamos que este nuevo formato de blog les empiece a gustar (opiniones serán muy bienvenidas).
Que tengan un hermoso comienzo del otoño!
PD: No te pierdas el próximo artículo de “Diario de Jardín”
Gracias por estos consejos. Me serán de mucha ayuda para darle un cambio a mi jardín durante este confinamiento. Muy buen trabajo.
Hola! Que bueno! nos alegra un montón. Besos, Eze.